sábado, 10 de agosto de 2013

LAS PELEAS DE TOROS, una tradición de Arequipa



Las tradicionales peleas de toros de Arequipa nacieron como una diversión de los agricultores, pero con el transcurrir de los años se convirtieron en una costumbre infaltable en las festividades, sobre todo el 15 de agosto, mes jubilar de la Ciudad Blanca.
Esta tradición nace del sentimiento del arequipeño loncco, del cariño y la fuerza de sus animales, como es el toro, que ayudan a los agricultores a labrar la tierra a través de las yuntas, dejando listos los campos para colocar las semillas.

La fuerza descomunal de los toros llevó a los hombres del campo a querer demostrar que su animal era el mejor y el más fuerte, iniciando las peleas primero por diversión entre los del mismo establo, luego con los vecinos, entre pueblos, distritos y hoy en toda Arequipa.

Por tal motivo, no se puede precisar en qué pueblo nació esta tradición, aunque algunos documentos precisan que en el siglo XIX ya se realizaban estas peleas en la plaza de las Siete Chombas en Yanahuara y en miércoles de Ceniza en Cayma.


En antaño los desafíos se hacían de banda a banda, entre propietarios de toros de la margen derecha del río Chili contra la izquierda, hoy en día las peleas son reguladas de acuerdo al peso, edad y cuernos del animal y se realizan para recaudar fondos que son destinados a la ejecución de una obra comunal o apoyo a la ciudadanía.

Los toros de pelea tienen nombres singulares como Cien Fuegos, Carajo, Gran Chaparral, Oro Negro, Lunar de Zamacola, Menelik, Miserable, Mac Giver, entre otros que son puestos de acuerdo al pelaje y destreza de cada uno.

La Asociación de Propietarios y Criadores de Toros de Peleas realiza tres campeonatos al año donde entregan el Astero de plata al ganador, trofeo preciado por los criadores.

Sin embargo, todo el año se efectúan encuentros de ayuda en diversos locales como el Azufral de Zamácola, Menelik de Socabaya, y en distritos como Cayma, Characato, Polobaya, entre otros.


En las peleas de toros participa no solo el chacarero, sino su familia, sus amigos, su pueblo, quienes le brindan el aliento, el calor humano para que se concrete un orgullo que pocos lo tienen, el ser campeón de Arequipa, estas peleas son únicas en el mundo y forman parte de nuestra cultura, nos corresponde como arequipeños conservarla.

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