Gracias a mi programa de radio y el hablar con miles de oyentes de cientos de temas de conversación, me permitieron conocer puntos de vista distintos, sin duda alguna, una experiencia divertida y siempre enriquecedora.
En esas tantas conversaciones y por el estilo y formato de Sour de Medianoche pregunte muchísimas cosas, de machísimas formas y a muchas personas; pero también recibí preguntas de todo tipo, aprendí a esquivar con cierta elegancia y no siempre con éxito algunas esas preguntas muy complicadas que uno que otro oyente se atrevía a hacerme al aire a través del teléfono, ellos enfundados en el anonimato y yo buscando salir bien librado de esos momentos, situaciones que se convertían en el cotidiano transitar del programa. Ahora que lo recuerdo, esas eran situaciones más que incomodas me resultaban divertidas. Con todo esto que viví en la radio puedo dar fe que he recibido las preguntas más incomodas e indiscretas que cualquier persona puede recibir, digamos que –como decía mi padre- estoy “curtido”, soy como un hombre realizado en esos aspectos; la verdad que ahora ya ninguna pregunta me escandaliza o sorprende, lo escuche todo, pregunte de todo, bueno casi todo.
De todas las preguntas tormentosas, incomodas, atemorizantes e indiscretas que me hicieron, existen cuatro preguntas que considero son las más complicadas que yo o cualquier hombre puede recibir; y no tienen que ver con las clásicas preguntas pornográficas que escandalizarían a la mayoría de chicas, ruborizarían a otras y calentarían a algunas, se tratan de preguntas que tienen todo mezclado: sexualidad, aritmética, lógica, filosofía, religión, química, física y hasta metafísica, estas preguntas tienen todo eso junto, mismo combo navideño, y son esas que nos las han hecho y que lamentablemente nos las seguirán haciendo ellas: las mujeres.
Dicen (los hombres que han vivido esas experiencias que por suerte aun no es mi caso) que cuando a un hombre le hacen alguna de estas preguntas, la sensación que experimenta en ese momento es los más parecido ha pasar por el examen de tacto a la próstata que los médicos le hacen a sus pacientes, por lo general hombres maduro - ese examen en el que el médico mete el dedo al potito del paciente para auscultar su próstata- para la mayoría de los hombres, ésta es una situación no sólo dolorosa, sino incomoda; posiblemente para otros no tan hombres les resulte una experiencia interesante, satisfactoria, placentera, pero bueno, ese ya es otro tema. Con esto quiero graficar, de manera algo didáctica, lo incomodo y dolorosas que son esas preguntas para nosotros.
Aquí les resumo las cuatro preguntas más incomodas que un hombre puede recibir de una mujer (léase enamorada, novia, amante, agarre, amiga, amiga cariñosa, amiga con derecho, amiga de tragos, amiga despechada o amiga despachada o como quieran llamarle) y también incluyo algunas opciones de respuestas que recomiendo para quedar como los caballeros decentes que somos y que siempre seremos.
Si algún hombre contesta mal alguna de estas preguntas (en otras palabras, dice la verdad) se empezara una larga discusión en la que tenemos las de perder. Por ello y como un servicio a la comunidad varonil, aquí detallo las preguntas y lo que podrían contestar para evitar una discusión con ellas. Lápiz y papel.
Pregunta 1: ¿En qué piensas?
La respuesta correcta es: “Perdón si he estado un poco pensativo y ausente, pero estaba reflexionando en lo inteligente, guapa, cariñosa y maravillosa mujer que eres y lo afortunado que soy al tenerte y haberte conocido”.
Obviamente esta respuesta no se acerca para nada a lo que hubieras contestado si respondías con la verdad:
a. En el partido de futbol de equipo.
b. Que aquella chica esta mil veces más bonita que tu
c. Lo bueno que esta ese carro
d. Lo gorda que estas
La mejor y más sincera respuesta a esta pregunta (que obviamente no se las podemos decir) y que las mujeres deberían deducir por un elemental razonamiento lógico es: “Si quisiéramos que supieran lo que estamos pensando, obviamente se los diríamos”… no les parece?
Pregunta 2: ¿Me quieres?
Lo mejor es responder: “Si” o “Claro, mi amor”
Algo inapropiado y peligroso seria:
a. Te haría sentir feliz si te digo que si?
b. Eso depende, ¿para ti que es el amor?
c. ¿Importa algo?
d. ¿Quién? ¿Yo?
Pregunta 3: ¿Me veo gorda?
La respuesta correcta es: “Claro que no!!!”
Tenga cuidado con responder:
A: ¿Comparada con qué?
b. Yo no te llamaría gorda, pero tampoco te llamaría delgada.
c. Uno kilos de mas te sientan bien.
d. He visto chicas más gordas que tu
e. Muuuuuu!!!
Pregunta 4: ¿Crees que ella es más bonita que yo?
Una vez más, la mejor respuesta ges: “Claro que no!!!”
Cuidado con responder:
a. Sí, pero tú tienes más personalidad.
b. B. no es más bonita, pero si más delgada.
c. No tan bonita como cuando tu tenias su edad.
d. A ver defíneme ¿Qué es ser bonita?
e. Pero tú escribes bonito.
Espero que esto les ayude, y si no les recomiendo que pongan en práctica el viejo truco de la llamada salvadora en el que suena el celular y ustedes contestan una llamada inexistente, dicen que es una emergencia, algo así como que la abuelita se atoro con el panetón o cualquier cosa, y salen volando del lugar; así habrán salido también del problema, pero solo momentáneamente hasta que nuevamente vuelvan a recibir las mismas preguntas de las mismas mujeres o tal vez de otras, según sea el caso.
La verdad que la vida de un hombre es complicada, llena de problemas, buena parte de ello se lo debemos a las mujeres, y claro que por ello les agradecemos… que aburrido seria este mundo sin problemas (léase mujeres).
Paúl
2 comentarios:
falsa egolatria derrochada....como se nota que no se ha enamorado de verdad
efectivamente y no es que estemos mintiendo, es solo que las queremos demasiado como para hacerlas pasar un mal rato. Estimado Paul, como se llama la canción de estos dos niños de kinder que iban a ser papas?...
FER.
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